Hambre emocional: cómo calmarla

9 diciembre 2020

El hambre emocional es aquel provocado por ciertos estados de ánimo, generalmente negativos, que nos lleva a incrementar o disminuir radicalmente nuestra ingesta de comida. Cuando nos hace comer más (y de manera más frecuente) suelen ser alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares debido a que provocan una satisfacción mental. Por otro, también puede provocar que se nos quite el hambre durante un largo periodo de tiempo.

Lo peligroso es no saber controlarlo y autogenerar posteriormente un sentimiento de culpa que da lugar a que incrementes tu rutina deportiva o, por el contrario, no comer nada para equilibrar la ingesta. Ambas opciones son un error, ya que lo importante es saber identificarlo en el momento que lo notemos. No controlar esta situación puede llevarte a padecer enfermedades de todo tipo, sobrepeso o, por el contrario, malnutrición.

Alternativas

El estrés suele ser uno de los principales protagonistas. Intenta calmarte primero con otras opciones como la meditación, escuchar música, hablar del problema con otras personas, priorizar las tareas y el tiempo o hacer cosas que te gusten. Si lo crees necesario también puedes acudir a un psicólogo o a un nutricionista.

Qué hacer si no podemos evitar comer

  • Ser conscientes: no comer por comer, sino saber qué es lo que estamos haciendo prestando atención y disfrutando de la comida.
  • Elección de los alimentos: escoge aquello que te haga sentir mejor. Puedes buscar opciones más sanas para evitar esa culpabilidad posterior.
  • Come despacio: los nervios nos llevan a comer más deprisa, por lo que intenta controlar el ritmo de la ingesta y mástica bien ya que cuanto más mastiques la comida, más saciedad tendrás.
  • No saltes comidas: continúa con las que normalmente haces diariamente. Si no tienes apetito, intenta comer algo más ligero o en menor cantidad, ya que saltarse la comida aumenta el estrés.
  • Toma carbohidratos en la noche: sí, en la noche. Esto regula el cortisol en sangre (la que es considerada la hormona del estrés).

El deporte durante esta etapa

Las rutinas de entrenamiento son para muchas personas una distracción para combatir el estrés. Es por ello que debemos ser conscientes cuando lo practiquemos en este estado.

  • Establece cual es tu relación con el deporte: saber muy bien por qué lo realizamos. Desde ahí gestionaremos las actividades de una forma u otra.
  • No lo utilices para sentirte mejor tras un atracón: esta parte es difícil, ya que es un comportamiento demasiado común. El peligro aquí es caer en un círculo vicioso en el cual comas desmedidamente y lo arregles aumentando tu rutina.
  • Encuentra la actividad deportiva que más te guste: elige algo que te haga sentir bien y mejore tu estado de ánimo, para no convertir el entrenamiento en una carga.