Por qué las mascarillas no son obligatorias para hacer deporte

9 junio 2020

El uso de mascarillas se hizo obligatorio a partir del 21 de mayo  para todas las personas mayores de 6 años en espacio al aire libre y en espacios cerrados de  uso público o que se encuentren abiertos al público cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad de al menos dos metros. En el BOE se especifican 4 excepciones para no usarla:

1.No será obligatorio para las personas que sufran alguna afección respiratoria que pueda ser agravada por usar la mascarilla

2. Para las personas para las que suponga una contraindicación por motivos de salud (debidamente justificados).

3.Por causa de fuerza mayor y por situación de necesidad.

4. En el caso de estar realizando alguna actividad que, por su naturaleza, resulte incompatible el uso de la mascarilla.


¿Tengo que llevarla para entrenar al aire libre?

El BOE no se especificaba nada respecto a la práctica deportiva, aunque podría encajar en el último punto de las excepciones (actividades que resulten incompatibles con el uso de la mascarilla). Después, el Ministerio de Sanidad y el Consejo Superior de Deportes confirmaron que el ejercicio físico, tanto de profesionales como de aficionados, estaba exento de la obligatoriedad.


Aunque hay pocos estudios al respecto, los expertos advierten de una conclusión: correr o salir en bicicleta con mascarilla multiplica la exigencia del entrenamiento y puede causar dificultad en la respiración y sensación de asfixia. El calor de estos días y lo que viene puede ser otro factor en cuenta a la hora de sus uso para el deporte. Los expertos insisten en que lo más importante es mantener la distancia de seguridad de al menos 2 dos metros, e incluso algunos matemáticos la aumentan a 10 metros si estamos corriendo y 25 metros si vamos en bicicleta. En caso de no poder mantener la distancia, la mascarilla sería obligatoria e imprescindible y …¡recuerda! Lleva una siempre en el bolsillo para cuando termines.


Entre todos debemos cumplir las normas y se trata de una cuestión de responsabilidad de cada uno, hay que valorar el lugar donde hacemos ejercicio, la intensidad y las capacidades.